3 Peligros Para Nuestro Corazón
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- Publicado: Sábado, 10 Mayo 2014 09:57
Este artículo es la versión completa del que fue publicado parcialmente en la sección de mujeres en nuestra revista Maranatha.
La Palabra de Dios nos dice en el Evangelio de Mateo 22:35-40, que un intérprete de la Ley le preguntó al Señor Jesús: “¿cuál es el mandamiento grande en la Ley?”; a lo cual, el Señor Jesús le respondió: “amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente”. El Señor requiere nuestro todo desde el inicio. Él no acepta que le sirvamos de una manera incompleta. Para poder bendecirnos nos tiene que tener solamente para Él.
Estamos viviendo en un tiempo donde se mira que en muchas personas existe una falta de pasión en su servicio a nuestro Dios. Hemos dejado que muchas cosas “tapen” las venas de nuestro corazón espiritual, y muchos poco a poco han menguado en su fe, pasión y convicción por el Señor. Es tiempo de que nos levantemos con una pasión renovada y que empecemos a ejercitar nuestro corazón espiritual dejando que el Señor quite todo lo que está “tapando”, aquello que impide que fluya Su Espíritu en nuestras vidas.
Lo primero que tenemos que hacer es identificar lo que está tratando de asfixiar nuestro corazón. De una lista enorme, quiero por un momento elaborar sobre 3 de estos peligros para nuestro corazón.
El primero es el aburrimiento. Debemos de guardar nuestro corazón contra el aburrimiento. Muchas personas casadas confiesan que el aburrimiento los ha llevado a ser infieles con su pareja; dejan el “primer amor” (Ap. 2:4) en su matrimonio. De tal modo, mucha gente ha dejado que el aburrimiento mate su pasión por el Señor. Para poder luchar en contra de esto debemos de mantener una expectativa grande de lo que el Señor está haciendo en nuestras vidas. Debemos de proponernos, tal como las que han ido delante de nosotras, a alcanzar la meta y no rendirnos.
El segundo es el rencor. Hay muchos que luchan con su “habilidad” de perdonar. El guardar rencor es algo que lentamente asfixia nuestro corazón. Hay muchas personas que luchan para poder perdonar en su matrimonio, y a causa de ello, poco a poco van edificando paredes de rencor en el matrimonio. Hay personas que han tenido una experiencia difícil en su vida y les es “imposible” perdonar. Mateo 6:14 nos dice: “porque si perdonareis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre Celestial”. Mantener rencor en nuestra vida es semejante a tomar veneno y esperar a que algo le pase a la persona que nos ofendió. Al actuar de esta forma sólo nos estamos haciendo el mal a nosotros mismos. Es tiempo de pedirle al Señor que nos ayude a perdonar y vivir libres en Él.
El tercero es la pereza. En este tiempo, hay muchas personas que viven su vida dominados por la pereza. Vivimos en un tiempo donde es necesario que todos los que andamos en serio con el Señor, andemos en los negocios de nuestro Padre. El Señor manda a la Iglesia a ir y “doctrinad a todos los gentiles” (Mt. 28:19). Este mandamiento no es solamente para un grupo selecto, sino que es para que todos los que somos parte de la Iglesia nos levantemos y hagamos lo que nuestro Padre nos ha llamado a hacer.
Es tiempo, mis hermanas, de tomar en serio el llamado de Dios en nuestras vidas y que nos sacudamos del aburrimiento, del rencor y de la pereza en que estuviéremos viviendo. Pidámosle al Señor un corazón nuevo, un corazón que se incline hacia nuestro Dios. Y que también el Señor, a través de nosotras, haga Su voluntad “como en el cielo, así también en la tierra” (Mt. 6:10).
En el amor de nuestro Señor Jesucristo,
Hermana María Luisa Guerra (Hna. Licha).